Vuelve A Casa Vuelve...
Junto
con el ADN nos adjudican, con mayor o menor fortuna, una familia.
En
ocasiones tienes la GRANDÍSIMA SUERTE
de encontrarte con otra. Una familia con la que no te une ningún lazo de sangre
ni ningún tipo de parentesco.
Hace
años que tuve la suerte de encontrarme con mi otra familia. Han estado allí
para lo bueno y lo malo; nos hemos reído juntos y me han aguantado las lágrimas;
hemos trabajado y hemos comido; pero, sobre todo, siempre me han dado su cariño
y apoyo y me han hecho sentirme segura.
Intento
ir a visitarlos, como mínimo, una vez al año y… ¡¡¡MAÑANA ES EL DÍA!!!... estoy
entre alegre y emocionada, entre feliz y triste, entre la sonrisa y la
lagrimilla.
Sé que
lloraré (mejor dicho, ya estoy llorando) pero merece la pena ir.
Comentarios
Besos!